Perspectivas

Trabajamos por lo que nos une

“Si queremos mejorar nuestro sistema sanitario, debemos promulgar proporciones razonables y aplicables entre enfermeras y pacientes”. Esta frase, dicha por la enfermera Kelli Brennan en el Senado de Maine (EE.UU), resume con contundencia lo que pensamos y defendemos el conjunto de la profesión.

A esta enfermera, y al resto de compañeras de este Estado de Norteamérica, debemos felicitarlas porque han logrado la reciente aprobación en el Senado de Maine de un proyecto normativo para garantizar una ratio adecuada y segura de pacientes por enfermera. 

Los profesionales y ciudadanos de este Estado americano no son los primeros que se verán beneficiados por una atención más segura y de calidad.

En otras partes de EE.UU y en Australia han dado ya el paso de aprobar una ley que acabe con una sobrecarga laboral que tiene consecuencias perjudiciales en la salud de los pacientes y también de las enfermeras.

Estudios

Sus responsables políticos y gubernamentales han sido sensibles a una realidad que numerosos estudios han demostrado ofreciendo datos que nos llevan a una misma conclusión.

Cuantos más pacientes tiene que atender una enfermera, más posibilidades de riesgos, complicaciones, reingresos y también de un incremento de la mortalidad y morbilidad.

Una sensibilidad e interés real por priorizar la mejora de sus respectivos sistemas sanitarios que en nuestro país no parece existir. Ni antes de la pandemia del Covid, ni durante, ni después.

Ley de ratios

No hay otra causa que pueda explicar que, transcurridos más de cuatro años desde su entrada en el Congreso de los Diputados, la Ley de ratios enfermeras impulsada por SATSE siga pendiente de su tramitación parlamentaria.

Fue a finales de 2019 cuando, logradas más de 660.000 firmas, la Iniciativa Legislativa Popular inició un recorrido lleno de compromisos incumplidos por parte de los mismos políticos que se mostraron firmemente partidarios de su aprobación en un primer momento. 

Tras las últimas elecciones generales, la Ley ha vuelto a iniciar su tramitación y ya hemos mantenido las primeras reuniones con los grupos políticos para reiterarles que su objetivo no es otro que garantizar la seguridad del paciente.

Hacerlo, además, con independencia del lugar donde se viva o del centro sanitario o sociosanitario en el que se encuentre y al margen de si ocurre en la sanidad pública o privada.

Sobrecarga laboral

Con su aprobación, las enfermeras podremos trabajar en unas condiciones que reducirán nuestros niveles de estrés, burnout y otros problemas de salud asociados a la sobrecarga laboral que afrontamos de manera permanente durante nuestra trayectoria profesional.

Lograrlo es posible. El ejemplo de nuestras compañeras de Maine así lo demuestra y desde nuestro Sindicato seguiremos trabajando con este objetivo.

Buscando siempre puntos de encuentro con los que discrepan o manifiestan sus dudas, y siendo flexibles ante las necesidades y peculiaridades de cada ámbito asistencial, de la mano de la negociación y voz colectiva.

El reto que nos marcamos hace más de cinco años sigue más vigente que nunca, porque tenemos muy claro que esta norma se dirige a garantizar una atención más segura y de calidad. Sabemos qué queremos y cómo conseguirlo. No hay marcha atrás.