Laboral

Nuevo “record” de agresiones a los profesionales sanitarios

2024 registra más de 16.500 agresiones en el SNS, un 12 por ciento más que el año anterior.


Cifra récord de profesionales sanitarios agredidos durante el desempeño de su trabajo en nuestro país.

Un problema, el de la violencia en el ámbito sanitario, que no parece tocar techo, según los últimos datos adelantados por el Ministerio de Sanidad.

En 2024, se registraron un total de 16.558 agresiones a profesionales sanitarios, un 12 por ciento más que un año antes.

Se trata de la cifra más alta desde 2007, año en el que se empezaron a contabilizar de manera oficial los casos de violencia sufridos por enfermeras, fisioterapeutas y el conjunto del personal sanitario y trabajadores del SNS.

Desde el Ministerio de Sanidad se alerta también que las agresiones han ido creciendo durante los últimos años, con la excepción de la etapa de la pandemia del Covid-19. En la actualidad, la tasa es de 23,98 agresiones por cada 1.000 personas.

Mujeres

El 78 por ciento de las personas agredidas fueron mujeres y, del total, cerca de un 27 por ciento enfermeras. Otro dato aportado por Sanidad es que la mayoría de las agresiones fueron verbales y amenazas. En concreto, un 84 por ciento, mientras que el resto fueron físicas.

En lo que se refiere al nivel asistencial, se registraron 46,28 notificaciones por cada mil profesionales en Atención Primaria y extrahospitalaria, lo que supone un ligero descenso en comparación con 2023 (46,80).

Por su parte, en Atención Hospitalaria fueron 14,81 notificaciones por cda mil aprofesionales, mientras que un año antes se registraron 17,37.

NO es solución

Ante esta realidad, SATSE subraya en que, en ningún caso, la agresión a los profesionales sanitarios es la solución a la insatisfacción y malestar de un paciente o familiar, sea cual sea la causa.

Desde el Sindicato se insiste en que los problemas de funcionamiento del SNS, (esperas muy largas, infraestructuras obsoletas, sobrecarga de los profesionales…) son fruto de la de falta de la inversión necesaria por parte de las administraciones públicas.

Tras años de recortes y numerosos compromisos adquiridos durante la pandemia del Covid-19, y luego no cumplidos, los presupuestos públicos destinados a Sanidad siguen siendo insuficientes y no permiten acabar con las deficiencias y necesidades que perjudican de igual manera a pacientes y profesionales, concluye SATSE.