Desarrollo profesional

Enfermera de práctica avanzada, una asignatura pendiente en el SNS

SATSE defiende el desarrollo efectivo de los Diplomas de Acreditación y Acreditación Avanzada para regular y reconocer a la enfermera de práctica avanzada.
De izquierda a derecha, Raúl Sánchez, responsable de de Formación de SATSE en Toledo, y Rafa Reig, secretario de Acción Sindical de SATSE

De izquierda a derecha, Raúl Sánchez, responsable de de Formación de SATSE en Toledo, y Rafael Reig, secretario de Acción Sindical de SATSE

La realidad de la enfermera de práctica avanzada en nuestro país dista mucho de ser óptima. Sin una regulación específica ni requisitos homogéneos y homologables para su acceso, son las comunidades autónomas las que deciden cómo y dónde desarrollarla.

Este presente y, sobre todo, su futuro ha sido objeto de análisis y reflexión en el II Congreso de Investigación “Ciudad de las Tres Culturas”, organizado por SATSE Toledo. 

En el marco de la mesa de debate “Nuevos roles en el ámbito asistencial”, el secretario general de Acción Sindical de SATSE, Rafael Reig, abordó la situación actual de la enfermera de práctica avanzada, explicando que en siete servicios autonómicos de salud se han implantado de manera regular.

Así lo refleja el estudio realizado por el Sindicato con el objetivo de conocer el tipo y número de puestos de enfermeras de práctica avanzada actuales, apuntó. 

Sin regulación

Según dijo, suelen ser puestos de libre designación en los que no siempre existe convocatoria pública. Tampoco cuentan con algún tipo de regulación ni suelen recertificarse ni evaluarse formalmente.  

En cuanto a su acceso, los profesionales interesados necesitan contar con experiencia específica en su ámbito de actuación, así como formación continuada e, incluso, nivel experto/máster. 

Suelen estar implantadas en Atención Hospitalaria, siendo pocos los casos en los que se crean en Atención Primaria (enfermera “gestora de casos”), mientras que su ámbito de actuación suele estar relacionado con la cronicidad, la complejidad de cuidados, la pluripatología, la tecnología y la gestión de casos. 

Soluciones

Ante esta realidad, Rafael Reig defendió la necesidad de cubrir la necesidad de cuidados avanzados que la sociedad demanda, integrando la práctica avanzada en el marco profesional y laboral, pero siempre desde respeto absoluto a las especialidades enfermeras y sus Áreas de Capacitación Especifica (si existen).

Para ello, desde el Sindicato se reclaman unos requisitos homogéneos para su acceso y que se desarrolle de manera efectiva el marco regulador existente, es decir, los Diplomas de Acreditación y Diplomas de Acreditación Avanzada, identificándose las áreas o ámbitos de cuidados avanzados que se requieran para evitar que sea cada comunidad autónoma la que lo haga en base a criterios propios.

Diplomas

Al respecto, recordó que la Ley de Ordenación de las profesiones sanitarias regula en su artículo 36 los Diplomas de Acreditación y los Diplomas de Acreditación Avanzada como un instrumento para certificar el nivel de formación alcanzado por un profesional teniendo en cuenta las actividades de formación continuada acreditada desarrolladas por el interesado en un área funcional específica de una determinada profesión o especialidad.

En julio de 2015 se aprobó el Real Decreto que regula la creación de estos diplomas pero. transcurridos más de nueve años, aún no existe un desarrollo efectivo y real de estos diplomas al no haber sido una prioridad para las administraciones públicas. Hasta la fecha solo se ha regulado el referido a cuidados paliativos en 2023.

Futuro

El secretario general de Acción Sindical manifestó que lo que resulta necesario, en definitiva, es diseñar en nuestro sistema sanitario el itinerario profesional que, en base a la experiencia y formación acreditada, posibilite trabajar como enfermera de práctica avanzada bajo el paraguas de una Diploma de Acreditación homologable en todo el SNS.

“Con criterios y requerimientos comunes para todo el Sistema Nacional de Salud, se aporta valor y se logran figuras profesionales homogéneas, lo que supone un beneficio para los profesionales y también para la atención y cuidados que se prestan a las personas”, concluyó Rafael Reig.