Laboral

Empeora la sanidad en verano con más esperas, colapsos y saturación en los centros

SATSE advierte que esta situación se irá agravando en próximas semanas debido a los “recortes” en personal, horarios de atención, camas y servicios.
Sala de espera colapsada en un centro sanitario

SATSE ha denunciado que los problemas de saturación, colapso y largas esperas se han empezado a generalizar en diferentes comunidades autónomas cuando sólo llevamos unos días desde el inicio del verano.

Todo apunta, según SATSE, a que esta situación se irá agravando en próximas semanas debido a los “recortes” en personal, horarios de atención, camas y servicios realizados por las consejerías de Sanidad con motivo de la llegada del periodo estival.

 

SATSE ha constatado que el verano se está convirtiendo, un año más, en la época en la que se agravan los problemas de déficit de recursos humanos y materiales que sufre el SNS debido a una permanente política de infrafinanciación y desinversión por parte del Gobierno y las comunidades autónomas. La falta del personal necesario provoca una atención de peor calidad y menos segura, añade. 

Son numerosos ya los hospitales y centros de salud que están sufriendo en estos primeros días de verano situaciones de colapso, saturación y sobrecarga para su personal, especialmente en los servicios de Urgencias. Casos como el Hospital de Valdecilla, en Santander; el Virgen de la Arrixaca, en Murcia, o el Hospital de Txagorritxu, en Álava.

Cierres temporales

La organización sindical subraya que los cierres temporales de unidades, servicios y camas y la suspensión y reprogramación de intervenciones quirúrgicas son también la tónica habitual en los hospitales, lo que multiplica los tiempos de espera. 

Por ello, son cada vez más frecuentes las situaciones en las que los pacientes tienen que esperar entre uno y tres días para subir a planta y tener una cama porque no hay suficientes disponibles. Además, esta espera la hacen en condiciones precarias (camas separadas por biombos en unidades de observación sin ninguna privacidad y comodidad), afirman desde el Sindicato.

Según los datos recabados por SATSE en todas las autonomías, con la excepción de Madrid que sigue sin proporcionar datos, el cierre previsto este verano es de más de 10.400 camas.

Pacientes desplazados

El cierre de unidades, como el que está previsto que se produzca en la de Pediatría del Hospital del Henares, en Madrid, por ejemplo, conlleva que los pacientes tengan que ser trasladados a otras diferentes con personal no especializado.

En lo que respecta a los centros de salud, y dado que muchos se cierran en horario de tarde, las personas que necesitan atención no tienen otra alternativa que acudir a los servicios de Urgencias de los hospitales, agravando aún más las situaciones se saturación y sobrecarga asistencial. 

En el caso de Sevilla, por ejemplo, están cerrados los centros de salud en horario de tarde, salvo los puntos de urgencias, que para toda la capital son solo ocho, señalan desde el Sindicato de Enfermería.

Sobrecarga creciente

El hecho de que las consejerías de Sanidad no hayan sustituido a todos los profesionales sanitarios que se van de vacaciones o causan baja por enfermedad u otra circunstancia conlleva una creciente sobrecarga laboral para los que trabajan durante el periodo estival. 

SATSE afirma que el porcentaje de enfermeras que no se sustituye este verano llega hasta el 40-50 por ciento en el caso de alguna comunidad autónoma. Hay casos “más extremos”, como en los centros de salud de La Rioja donde solo se ha cubierto un 15 por ciento aproximadamente de vacaciones e incidencias.

Profesionales “sobrepasados”

Ampliación de agendas, prolongación de jornadas, doblaje de turnos de trabajo… son algunas de las consecuencias que perjudican, no solo al profesional, sino a las personas que requieren de su atención y cuidados. Enfermeras y fisioterapeutas se encuentran “sobrepasados” y no pueden dedicar el tiempo que les gustaría a cada paciente.

En el caso de las matronas en Euskadi, por ejemplo, están asumiendo agendas de otras compañeras, lo que repercute negativamente en la atención que pueden ofrecer a las mujeres, a quienes se les está recortando su cartera de servicios e, incluso, tienen que desplazarse de su centro de salud, perdiendo la relación de confianza con su matrona de referencia.