Basta
de brecha
salarial,
queremos

igualdad real

Problemas de conciliación

Las mujeres seguimos siendo las principales cuidadoras. Esto supone que somos las que más recortamos nuestras jornadas y por tanto nuestros sueldos y las que más excedencias pedimos. Y esto afecta también a nuestras pensiones.

Infrarrepresentación de mujeres en puestos de gestión

Las mujeres accedemos en menor medida a puestos de gestión y dirección, lo que hace que tengamos sueldos más bajos. Somos seis veces más mujeres que hombres, pero ocupamos un porcentaje menor de los puestos de responsabilidad.
 

Profesiones feminizadas

Nuestro avance profesional y salarial ha sido más lento. Aún hoy no tenemos una clasificación profesional justa que reconozca nuestro nivel académico y formativo, así como nuestro ámbito de responsabilidad. 

¿Por qué cobramos menos las mujeres? La brecha salarial explicada

La brecha salarial en mujeres es una realidad evidenciada
La brecha salarial de género se define como la diferencia entre los ingresos medios de hombres y mujeres en relación con los ingresos medios de los hombres. Esta brecha refleja las disparidades salariales que existen, teniendo en cuenta factores como que las mujeres ocupen más puestos a tiempo parcial, los patrones de género en los cuidados, su sobrerrepresentación en ocupaciones peor remuneradas y la dificultad para acceder a puestos de responsabilidad.

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la evolución de la brecha de género en términos de salario bruto anual se ha reducido considerablemente en las últimas décadas; y aún lo ha hecho de manera más intensa en el caso del salario bruto por hora. Pero a pesar de los avances en nuestro país, la brecha salarial de género continúa siendo una realidad. 

Diferencia de la ganancia media anual entre hombres y mujeres en actividades sanitarias y de servicios sociales 
Los últimos datos de la Encuesta de Estructura Salarial (EES) concluyen que la diferencia de la ganancia media anual entre hombres y mujeres es de 5022,02 euros. Respecto a los resultados por secciones de actividad, la diferencia entre la ganancia media anual entre hombres y mujeres en actividades sanitarias y de servicios sociales es de 8.775,01 euros.

Reducciones por cuidado de menores, personas dependientes o mayores
La falta de conciliación a menudo obliga a las mujeres a reducir su jornada laboral  o a solicitar excedencias, lo que da lugar a menores ingresos y aumenta la brecha salarial.
El 86,9% de excedencias por cuidado de hijas/os y el 74,9% de las excedencias por cuidado de familiares pertenecen a las mujeres; así como el 93,3% de reducciones por cuidado de menores, personas dependientes o mayores, según datos de Instituto de las Mujeres.

Radiografía de la profesión enfermera
Las mujeres continúan siendo minoría en la dirección de la sanidad. A nivel mundial se estima que solo ocupan el 25% de los puestos directivos. En nuestro país, aunque el número de enfermeras es casi 6 veces mayor que el de enfermeros, ellos ocupan más puestos de gestión, concretamente un 4,8% frente a un 3,4%, según la última encuesta al respecto publicada por el Ministerio de Sanidad.
Igualdad de género OCDE.
Encuesta de Estructura Salarial (INE).
Instituto de las Mujeres. Mujeres en cifras.
La situación de la mujer y el liderazgo en la salud mundial. WGH.
Encuesta "Situación laboral y necesidades percibidas por las enfermeras en España. 2024".
Profesiones feminizadas
Esta es una discriminación que perpetúa la brecha y que nos afecta a todas y todos las enfermeras, enfermeros y fisioterapeutas.
Las profesiones feminizadas tienden a ser menos valoradas socialmente, lo que se refleja en la falta de reconocimiento y prestigio. Además, suelen tener salarios más bajos que las profesiones dominadas por hombres, incluso cuando requieren niveles similares de educación. Las condiciones laborales pueden ser más difíciles, con cargas de trabajo elevadas, menos recursos disponibles y una mayor tasa de temporalidad y parcialidad, que contribuye a la inseguridad laboral.

La Enfermería y Fisioterapia son profesiones feminizadas. Esto provoca que estén marcadas por consideraciones de género que condicionan su desarrollo. 

Somos Grado universitario y tenemos los mismos créditos ECTS (240) que la mayoría de las titulaciones universitarias, pero no estamos incluidos en la misma clasificación profesional. Esta clasificación nos impide acceder a puestos relacionados con la gestión y dirección de alto nivel, limitando nuestras oportunidades de crecimiento profesional y el acceso a puestos de liderazgo.

Proponemos

Defendemos, entre otras, medidas reales de conciliación sin merma retributiva, así como una clasificación profesional justa que incluya reconocimiento salarial.
  • Una remuneración justa, adecuada a la formación, habilidades y responsabilidades. 
  • Reconocimiento de una clasificación profesional similar a la que perciben otras profesiones de Grado con formación de 240 créditos, reconocimiento salarial y reconocimiento a la formación de los especialistas, que con dos años más de formación no ven reconocido su esfuerzo. 
  • Participación paritaria de mujeres y hombres en todos los ámbitos y niveles de las organizaciones sanitarias, sin exclusión, con una representación de género diversa de, al menos, el 60% de mujeres. 
  • Estabilidad y racionalización en la planificación de la jornada laboral, con conocimiento de esta con suficiente antelación. 
  • Políticas de trabajo flexibles que respeten la conciliación. 
  • Respeto a los permisos y licencias. 
  • Eliminación los estereotipos de género persistentes de nuestra profesión. 
  • Reconocimiento del acceso a la jubilación anticipada, que se encuentra restringido a profesiones masculinizadas. Nuestra normativa obsoleta no reconoce los riesgos que asumen las enfermeras a lo largo de su vida laboral, especialmente los riesgos psicosociales, ni el trauma secundario.
  • Oportunidades de promoción y crecimiento profesional adaptadas al ciclo vital.