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¿Qué futuro le espera a la Universidad española tras la Covid-19?

Caída de estudiantes y de ingresos, principal preocupación de los rectores universitarios

Las universidades públicas se enfrentan a un próximo curso con numerosas incertidumbres por la situación generada tras las la crisis sanitaria, económica y social de la Covid-19, y con la especial preocupación de una posible caída del número de estudiantes.

Según la Conferencia Estatal de Rectores, existe un gran temor a que se registre un descenso de alumnos el próximo curso por la situación de emergencia sanitaria, lo que significaría a su vez una disminución de ingresos en un contexto que requiere, además, de una inversión adicional por parte de las universidades.  

Además de la crisis económica, les preocupa la crisis de movilidad. Al respecto, resaltan que los más afectados serán los másteres más presenciales y los que tienen un mayor número de estudiantes extranjeros, ya que la gente tiene miedo y prefiere no trasladarse por el temor a que haya una nueva oleada de la pandemia.

En el curso pasado, las universidades españolas ―públicas y privadas― acogieron un total de 139.708 alumnos extranjeros, ya sea en grado, máster o doctorado, lo que representa un 8,8% del total. En los estudios de grado es menos habitual la presencia de alumnos de fuera de España (un 5,4% del total), pero sí representan un colectivo importante en másteres y doctorados, donde llegan al 22% y al 26%, respectivamente.

Desde la Conferencia de Rectores asumen que este fenómeno se puede dar en cualquier región, aunque apuntan que castigará a los posgrados y a los campus más grandes y con más movilidad de estudiantes.  

En un escenario futuro tan incierto también se aventura que pueden producirse otros fenómenos inesperados y darse  el caso que al final aumenten los alumnos de grado porque la gente opta por formarse, tal y como pasó en la crisis anterior, o también que algunas universidades más pequeñas y provinciales se vean beneficiadas porque los alumnos opten por no trasladarse a grandes campus de grandes ciudades.

Para incentivar las matriculaciones, los rectores apuestan por ofertar másteres híbridos, que combinen las clases online con las presenciales, ya que el coste sería menor para los estudiantes al reducirse la estancia.

De otro lado, y de cara al impacto en los grados, los rectores proponen reforzar el sistema de becas, tanto las que conceden los gobiernos como las propias universidades, buscando incluso fórmulas originales como la emprendida por la Universidad de Murcia, que busca crear un fondo de ayudas para alumnos afectados por la crisis actual con donaciones de antiguos estudiantes o de los trabajadores.

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