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Mayores y niños, juntos en los campamentos intergeneracionales

La convivencia entre mayores y niños gracias a diferentes actividades lúdicas y de ocio beneficia a todos ellos

Comienzan a proliferar en España las actividades en centros que propician la convivencia entre las personas mayores y los niños. Es el caso, por ejemplo, del campamento intergeneracional que todos los veranos organiza la residencia de mayores Amavir Coslada (Madrid), en el que conviven menores desde los 6 hasta los 12 años y los residentes que así lo deseen.

Juntos disfrutan de diferentes actividades educativas y de ocio distribuidas a lo largo de la mañana, como desayunos y comidas, manualidades, gimnasia, gymkanas, bingos, y hasta excursiones... Los niños llegan para iniciar su jornada a primera hora del día, y permanecen en el centro hasta última hora de la tarde, informa ABC.

Los beneficios son mutuos, asegura la psicóloga del centro, Isabel Gómez de Salazar. Afirma que está demostrado que las personas mayores implicadas en actividades intergeneracionales se sienten más felices que otros de su misma edad. Además, compartir con los más pequeños ciertas horas al día incrementa su actividad física, cognitiva y social.

Para los menores, estas actividades son también una lección de vida, al aprender las experiencias e historias de juventud de sus mayores. De hecho a los niños este tipo de encuentros, relata la experta, les hace pensar, fijarse y, en definitiva, crecer.

A finales de agosto, este centro madrileño repite edición y también lo harán las residencias Amavir de Navarra y Amavir Teiá (Barcelona). Pero no son las únicas iniciativas de este tipo que tienen lugar en España. Macrosad, una cooperativa andaluza especializada en la educación de los menores y el cuidado y bienestar de las personas mayores, inaugura en septiembre en la ciudad de Albolote (Granada) la primera escuela infantil y centro de día de la región.

Los beneficios para ambos son muchos:

Para los mayores:

- Efectivo intercambio de afecto. Estas experiencias placenteras hacen que mejoren su autoimagen, su identidad y que se incremente su sensación de sentirse útiles.

- Mejora en la salud. El incremento de la actividad física, cognitiva y social que se obtiene a partir de los programas intergeneracionales puede ayudar a mejorar la salud de la población que envejece.

- Menos sintomatología depresiva. Las personas mayores que participan en estas actividades, incluso las dependientes, aumentan su movilidad, la interacción social y reducen los tiempos de sueño o somnolencia. En definitiva, se sienten más felices que otros mayores de su misma edad y condiciones de salud.

 Para los niños:

- Conexión fluida. Comparten cariño, forjan lazos de amistad y crean equipo de forma natural.

- Reducen sus prejuicios hacia la vejez. Aprenden, desde una edad muy temprana, sobre el proceso de envejecimiento, la finitud de la vida y a respetar a los mayores.

- Mayor perspectiva del ciclo de la vida. Se benefician de los conocimientos de las personas mayores porque conectan el pasado con el futuro.

- Mejoran sus habilidades sociales. Mejoran su empatía y la tolerancia hacia las diferencias, obtienen mejores resultados académicos y en el futuro presentan menos riesgo de participar en comportamientos de riesgo social.

Campamento intergeneracional