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¿Como será la reforma de nuestras pensiones tras el impacto de la Covid-19?

Gobierno y partidos trabajan en la nueva reforma de la pensiones en el complejo contexto social y económico actual provocado por  la expansión de la Covid-19 

La Comisión del Pacto de Toledo en el Congreso ha comenzado una nueva ronda para tratar de cerrar unas recomendaciones sobre la nueva reforma de las pensiones en un contexto social y económico muy complejo a raíz de la expansión de la Covid-19 en nuestro país. 

La intención del Gobierno es intentar legislar en enero en base a las recomendaciones que salgan del Congreso de los Diputados. Su propuesta consiste en trasladar poco a poco el déficit de las pensiones de 2019 al Presupuesto del Estado, que se cifra en unos 20.000 millones de euros. 

La otra pata de la reforma se anclaría en medidas para hacer efectiva la edad de jubilación legal de 67 años porque muchos trabajadores se retiran antes. En la propuesta de la Autoridad Fiscal también se mencionaba ampliar el periodo que se toma para hacer el cálculo de la prestación, ahora fijado en un periodo transitorio hasta 25 años en 2023. El Gobierno está analizando, además, la posibilidad de compensar las revalorizaciones a periodos como cinco años para así recoger el impacto de los años de IPC negativo. 

En todo caso, la reforma de las pensiones pendiente está condicionada por la evolución de nuestra economía tras el grave impacto de la Covid-19. Según las propias previsiones del Gobierno, los ingresos no se recuperarán hasta 2023, momento en el que la economía recobrará su nivel prepandemia. 

Mientras tanto, el gasto en pensiones seguirá al alza porque cada año hay más pensionistas, los nuevos jubilados cobran prestaciones más altas y por las revalorizaciones. En los últimos tiempos, el gasto ha subido en unos 7.000 millones de euros al año. Si en 2019 ya existía un agujero de 18.452 millones, el déficit podría alcanzar entre 30.000 y 40.000 millones en 2023 al añadir entre 5.000 y 7.000 millones por año dependiendo de las actualizaciones. 

Además, en ausencia de reformas estructurales de verdadero calado, el PIB potencial de la economía no subiría con la Covid-19 para ayudar a compensar con el tiempo ese déficit. Si acaso más bien parece lo contrario. De hecho, tanto la Autoridad Fiscal como el Banco de España han alertado del riesgo que supone la pandemia para el mercado de trabajo y, por tanto, para la afiliación a la Seguridad Social. 

En cualquier caso, aunque la crisis económica de la Covid-19 solo fuese algo coyuntural, el agujero de las pensiones se elevará durante unos años engordando la deuda. El déficit se colocaría en 2023 en el entorno del 2,5% del PIB en lugar del 1,5% de 2019. 

La teoría dice que se iría compensando más adelante con crecimientos del PIB mayores, suponiendo que los efectos de la Covid-19 no sean estructurales, pero aun así, hasta que se corrija el desfase creado por el coronavirus en las cuentas, ese déficit añadido agravará cualquier reforma.

Hucha pensiones